Tapones sustentables

Corchos naturales, tapones sintéticos, tapones de vidrio y la lista podría seguir. Más allá del material elegido para cerrar cada estilo de vino ¿qué tan sostenible es cada alternativa?

Cuando hablamos de sustentabilidad en el mundo del vino básicamente hacemos referencia al seguimiento y control de la huella de carbono (HC) y la huella hídrica (HH) de todo lo que intervenga en la elaboración de una botella de vino: desde la uva, pasando por cada uno de los insumos que forman parte. Y claro, los tapones son uno de los protagonistas indiscutidos -y super necesarios- para que la vida de un vino sea una vida duradera y de óptima calidad.

Tapones naturales

Muchas veces se autoproclaman los guardianes del vino y la mejor opción para cerrar una botella. Ya que más que un simple sistema de cierre, el tapón de corcho natural (o de alcornoque) es para muchos el último acto enológico del viñador. Ya que los tapones son los responsables de preservar la correcta evolución del vino en la botella a lo largo de su crianza respetando el perfil aromático de cada vino.

Los tapones naturales suelen ser los más aceptados por los consumidores más clásicos, por eso la industria de tapones naturales se esfuerza cada vez más para perfeccionar las propiedades de sus tapones y garantizar una perfecta homogeneidad entre botella y botella. Al mismo tiempo, tienen como objetivo controlar los diferentes niveles de permeabilidad y, lo más importante, erradicar las moléculas que pueden dar el temido «sabor a corcho».

¿Cómo este tipo de tapones pueden ser cada vez más sostenibles? El desarrollo sostenible de cada productor de tapones naturales puede pasar por un compromiso en el reciclaje de todos los desechos, ya que en algunos casos la combustión del polvo desechado cubre un 35% el consumo energético. Además el compromiso con la sustentabilidad se logra al controlar los consumos de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero.

Un punto a favor de los tapones naturales en relación directa con la sustentabilidad es que el corcho contribuye al secuestro del carbono en los alcornocales, es decir, los árboles que dan vida a los tapones de corcho -que tienen una vida muy larga (en promedio viven más de 150 años)- son también pozos de carbono. Entonces, la valorización de esta capacidad de secuestro de carbono por las industrias que transforman la biomasa procedente del bosque queda registrada en muchos marcos de referencia de contabilidad, a condición de que este secuestro sea efectivo más allá de un período de 100 años.

Según datos aportados por jugadores de la industria del corcho, un tapón de vino tranquilo contribuye al secuestro de 150 g de CO2, es decir, 6 veces más que las emisiones derivadas de su producción; un tapón de vino espumoso contribuye al secuestro de 250 g de CO2, es decir, 8 veces más que las emisiones derivadas de su fabricación. Por consiguiente, la utilización del tapón de corcho natural contribuye a la atenuación a largo plazo del cambio climático, preservando y valorizando el ecosistema forestal del que procede.

Tapones sintéticos (de origen vegetal)

Cuando aparecieron los tapones sintéticos en el mundo del vino para -los más conservadores- fueron sinónimo de vinos de mala calidad; pero nada más alejado de la realidad. Ya que para cada estilo de vino hay un tapón ideal. Y cuando tenemos un vino fresco, joven y frutal que queremos disfrutarlo en un período corto de tiempo, justamente para conservar estos atributos de frescura, juventud y fruta nada mejor que tapones herméticos que mantengan el alma del vino que fue embotellado.

Actualmente dentro del universo de los tapones sintéticos hay tapones sintéticos de origen vegetal o bioplástico hechos con biomasa, a partir de la caña de azúcar. Estos tapones tienen un impacto cero en la huella de carbono por su origen «no fósil», es decir, no generan efectos negativos en el calentamiento global y, al mismo tiempo, mantienen las características de sellado de los tapones sintéticos.

Pero, ¿de qué hablamos cuando hablamos de biomasa? La biomasa es el nuevo combustible vegetal que nace a través de la transformación que realiza la caña de azúcar al convertir la energía solar en esta energía nueva denominada biomasa. En los últimos años, este combustible vegetal ha ido ganando espacio como fuente energética y actualmente es el responsable del 6% de la generación de electricidad a escala mundial. Al ser un combustible renovable es considerado el guardián del medio ambiente.

Tapones de vidrio

Las botellas de vino cerradas con tapones de vidrio muchas veces nos recuerdan a hermosas botellas de perfumes, ya que este tipo de sistema de cierre, además de garantizar una hermeticidad hace que las botellas sean visualmente casi inolvidables. Más allá de la presencia estética (y claro funcional del tapón) los tapones de vidrio son 100% reciclables. Es decir, el vidrio se puede reciclar infinitamente sin perder calidad, ya que es una sustancia hecha solo con materiales naturales. Por eso podríamos decir, que el vidrio es un gran arquetipo del envase sostenible y, como tal, muy aceptado por consumidores con conciencia ambiental.

Nota originalmente redactada para Vinetur.

por Mariana Gil Juncal.
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