El futuro del vino es la innovación sustentable

La tercera edición del  Wine Innovation Summit, bajo el lema «El camino para una industria vitivinícola sustentable» reunió a referentes del mundo del vino de Europa y Sudamérica para compartir logros y objetivos en pos de un vino cada vez más sostenible.

En el mundo entero la sostenibilidad pasó de ser simplemente un concepto abstracto que da prestigio sumar en cada comunicación para volverse algo tangible y fundamental para proyectar una industria del vino a largo plazo. Por eso, todos los integrantes de la cadena de valor del vino trabajan fuertemente en potenciar y mejorar la sustentabilidad, ya sea desde la incorporación de tecnología para ahorrar recursos o energía hasta cambios en packaging y/o tapones.

Si para hacer un buen vino es ineludible contar con una buena uva, los cuidados en la viña son fundamentales para que el camino del vino comience con buena estrella. Juan Ignacio Losada, gerente industrial de Agrinet, quienes desde hace 30 años trabajan en la protección de cultivos, explicó por qué es necesario contar en el viñedo con un sistema de malla antigranizo. «Con el cambio climático las tormentas son cada vez más agresivas y frecuentes y además hay una mayor irradiación solar que mancha las uvas. Y por si todo eso fuera poco, la protección de la malla acarrea un ahorro hídrico» comenzó el experto quien detalló que además hoy es vital contar con tecnología aplicada para cuidar los viñedos como el riego por aspersión para protegerlos de las heladas y que los diferentes tipos de tejidos existentes en las mallas dan la posibilidad de proteger los cultivos de las malezas y reducir utilización la cantidad de herbicidas.

Si profundizamos en la unión de vino y tecnología, hoy en día todo cambia si una bodega puede contar en su finca con un sistema autónomo de monitoreo de cultivos como Metzoo, una solución smart agro que además gestiona el cultivo con el foco puesto en la gestión hídrica. «¿Por qué es necesario un smart agro? Porque a nivel mundial, el 70% del agua dulce se utiliza para la agricultura y la producción va a duplicarse para el 2050. Los expertos en agricultura requerían datos para mejorar la sostenibilidad y necesitaban el socio tecnológico adecuado para hacer realidad su visión. Así, quienes sumaron este tipo de tecnología pasaron de consumir 7 litros de agua a 3,5 litros de agua por litro de vino producido, con una mejora en el rendimiento producto ya que algunos pasaron de producir 9 mil kilos por hectárea a 13 mil. Para muchos este tipo de tecnología es el futuro de la agricultura» cuenta entusiasmado Pablo Poza, business development manager de Edrans, los desarrolladores de la solución smart agro Metzoo quien agrega que «es una solución que promueve la sustentabilidad, porque gestiona un recurso crítico y escaso como el agua».

A partir de la gestión precisa del agua, Poza afirma que se generan mayores términos de calidad del vino lo que permite hacer una trazabilidad de la huella hídrica, tomar decisiones más rápidas y más precisas, ya que no se riega por regar sino que se sabe qué precisa cada lote en particular. Además de perseguir el triple impacto: ser económicamente rentables garantizado en el uso más eficiente que conlleva ahorros directos en gestión hídrica y ser amigables con el medio ambiente.

Desde Uruguay, Pedro González Santiago, enólogo y asesor externo en Viticultura del Instituto Nacional Vitivinícola (INAVI) presentó el proyecto en el que están trabajando sobre certificación de uva sustentable. «El objetivo del programa de viticultura sustentable para producir uvas diferentes a través de fondos de tecnología agrícola logró financiar gran parte del sistema de viticultura sustentable del país» comienza orgulloso González Santiago quien subraya que su objetivo era hacer conocer las ventajas que tenía el programa a productores que estuvieran dispuestos a asumir el riesgo que implica renunciar a una serie de principios activos y optar por un nuevo sistema de trabajo que incluye un registro estricto de todas las operaciones que se realizan en el viñedo.

Actualmente tienen un 20% de la producción cubierta por el programa que representa un 22% de la producción nacional en kilos y estiman que rápidamente alcanzarán un 50% de la superficie nacional cubierta por el programa de producción sustentable o sostenible.

¿Cómo están trabajando actualmente las bodegas la innovación sustentable? 

Andrés Valero líder de Sustentabilidad y RSE de Grupo Avinea -con marcas reconocidas a nivel mundial como Argento, Otronia, Cuesta del Madero y Cruz de Piedra- confiesa que «todos los proyectos nacieron buscando la expresión del terroir y la pureza de la fruta por eso tenemos 355 hectáreas certificadas de producción orgánica. Pero actualmente el desafío es cómo dar un paso más, cómo transformar esta filosofía de producción enológica en un modelo de negocio hacia la sustentabilidad. Y para que sea un modelo de negocio tiene que ser un modelo de adaptación y resiliencia que detalle cómo nos vamos a adaptar al cambio climático y a los cambios de percepción en los consumidores».

Desde el otro lado de la Cordillera de los Andes, Bárbara Lewin, gerente de Marketing Corporativo de la chilena Viña Aresti, confiesa que la sustentabilidad es parte fundamental de la empresa en la búsqueda de la excelencia. «La estrategia está basada en 4 pilares: la calidad del producto con el menor impacto posible; el medio ambiente, con buenas prácticas medioambientales y biodiversidad; los procesos, con gestión de insumos y reciclaje entre otros; y las personas como eje fundamental para crear valor para los colaboradores y la comunidad» cuenta Lewin quien agrega que desde el 2014 están certificados como sustentables en el código de vinos de Chile en las todas las áreas: agrícola, RSE, medioambiente, bodega y procesos. Este código de alcance internacional actualmente cuenta con 80 bodegas certificadas en el país, lo que representa el 80% del vino exportado y embotellado.

Como la importancia de la reutilización del agua es fundamental Viña Agresti está con un proceso de microfiltración de recirculación del agua del lavado interior de la botella, es decir, el agua utilizada no se descarga ni se pierde, sino que se recoge y se envía a un depósito que contiene tres filtros para la purificación del líquido antes de su utilización. Gracias a este cambio han ahorrado un 8% de agua.

Otro punto fundamental es la eficiencia energética. Por eso hicieron mejoras en la red de frío: sustituyeron 9 bombas centrífugas para alimentar la red de frío por 3 bombas de alta presión. ¿Qué lograron? Bajar tiempos de trabajo de los equipos de frío y disminuir un 40% el consumo energético.

Y si hablamos de metas, la huella de carbono de las botellas de vino de la viña es actualmente de 2,15 kilos de Co2 por botella y su objetivo es reducirla en un 10% para el año 2013 y ser carbono neutral para el año 2050. ¿Cómo van a llegar a esa meta? Con la instalación de más paneles solares y con fuertes cambios de packaging para que sean más livianos y sustentables.

Y claro que la sustentabilidad también llega al envase y más precisamente a los tapones, por eso desde Francia Bruno de Saizieu, director comercial & Marketing Global de DIAM Bouchage contó todas las ventajas de Diam. «En un tapón lo más importante a nivel sustentabilidad es que preserve el vino y el único tapón en el mundo que tiene una garantía tapón por tapón es Diam» comienza de Saizieu quien recalca que hoy en día venden más de 2 mil trescientos millones de tapones en el mundo (principalmente a Francia, España, Italia, Estados Unidos, Argentina y Chile) y no tienen un reclamo.

Los cambios en los últimos años han sido cada vez más vertiginosos y el mercado del tapón no se queda atrás. «Hace tiempo el llamado tapón tradicional o natural tenía la mayoría en el vino y ahora cada vez tiene menos participación. Y pienso que entre 5 y 10 años, el 80% de los tapones serán microaglomerados para no tener más problemas con el vino. Ya que los problemas que se podían aceptar hace 10 años no se aceptan más» sentencia De Saizieu quien agrega que los clientes que desde hace años usan Diam además han reducido notablemente las dosis de sulfitos y algunas bodegas han llegado a utilizar un 35% menos de sulfito.

Jimena Sánchez Kotliarsky, representante en Latinoamérica de Amfori, abordó el tema de las auditorías como herramientas de transparencia y competitividad. «Las tendencias de consumo globales actuales se pueden dividir en salud personal y salud del medio ambiente. Y también está la transparencia en las etiquetas, recientemente regulada en Argentina, ya que los consumidores demandan poder conocer con claridad cuáles son los componentes de los productos que adquieren y poder tomar una decisión de compra en base a un conocimiento concreto» comienza Sánchez Kotliarsky quien agrega que además actualmente está más presente la conciencia ambiental enfocada al packaging o los envases de los productos con menos aceptación de packaging excesivos y más penetración de productos que usan materiales sustentables o alternativos como los plásticos reciclados.

En el sector del vino concretamente, Sánchez Kotliarsky  contó que un canal sueco hizo un documental llamado Bitter grapes slavery in the vineyards que visibilizó las condiciones laborales de los trabajadores de una bodega en Sudáfrica. Y una cadena de supermercados de Dinamarca tomó la decisión de retirar todos los productos de esta bodega de sus góndolas hasta que la situación se aclarara.

«Hay grandes desafíos en las cadenas de abastecimientos ya que actualmente hay condiciones inaceptables de condiciones de higiene y seguridad, horas de trabajo excesivas, trabajo infantil, contaminación ambiental y salarios mínimos. Por eso las auditorías son una gran herramienta para la gestión de estos riesgos» concluye Sánchez Kotliarsky.

Y si hablamos de condiciones equitativas, Mariano Salerno gestor de fortalecimiento y Desarrollo de Clac Fairtradese centró en explicar qué es el comercio justo. Entonces ¿de qué hablamos cuando hablamos del sistema fairtrade? De una alianza comercial basada en el diálogo, la transparencia y el respeto que busca la equidad de las partes. Actualmente el Fairtrade es el sello de certificación de ética más reconocido del mundo con 37.000 productos vendidos en 2075 ciudades de 151 países.

¿Cómo está conformada la infografía del vino en el Fairtrade? «Trabajamos en la fijación de precios mínimos para distintos productos y para lograr el empoderamiento de los productores; y para que haya innovación, digitalización y crecimiento en la cadena» detalla Salerno quien agrega que dentro de lo que es la producción de uva Fairtrade hay tres países principales en el mundo: Argentina, Chile y Sudáfrica produciendo unos 9 millones de litros de vinos Fairtrade que se exportan desde Latinoamérica principalmente al Reino Unido, Suecia, Noruega y Holanda. Porque el futuro del vino además de ser sustentable e innovador sin lugar a dudas tiene que ser más justo.

Nota originalmente redactada para Vinetur .

por Mariana Gil Juncal.
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