Una guía con recomendaciones para que el motor de tu salida sea disfrutar una copa de vino.
La recorrida empieza frente a Plaza San Martín, en pleno centro porteño, en donde en una pequeña cantina con acento italiano se encuentra Chiuso (San Martín 1153, Retiro) en donde su propietario Mariano Akman, gastronómico de cuna y sommelier profesional, despliega su savoir faire tanto dentro de la cocina como en la elección de la carta de vinos. Siempre hay un vino recomendado y unas diez opciones de vino por copa: blancos, tintos y espumantes. La carta invita a viajar en copa por Chile, la mismísima Champagne francesa (¡obviamente a través de sus burbujas!) y dentro de la Argentina hay opciones que van de Salta, pasando por Mendoza y llegando a San Patricio del Chañar en la Patagonia. Una vez elegido el vino, la carta gastronómica merece un aplauso de pie. ¡Es muy difícil elegir un solo plato! Todo es muy tentador. Y para las fanáticas de las pastas, Chiuso es el lugar al que no solo se lo visita, sino que se vuelve. ¿Mi elegido? Ravioles de langostinos y cerdo con manteca de hongos y cherry. ¡Algo que me encantó de la carta! Cada entrada, plato y postre se puede pedir por porción o media porción. Mi recomendación: ¡pedir media porción así podés probar más platos!
Con un estilo bien cool con aires neyorkinos y tintes porteños, Fayer (Av. Cerviño 4417, Palermo) es el spot elegido por diplomáticos, artistas, hipsters y amantes del bon vivant. La carta de vinos, elaborada con el asesoramiento de la sommelier Sorrel Moseley- Williams, está organizada por colores y estilos de vinos. Dentro de los tintos las dos variedades emblemáticas del país copan la propuesta: Malbec y Cabernet Sauvignon: el rey de la Argentina junto al rey mundial de los tintos. Son más de 15 opciones que van desde los Valles Calchaquíes, en el norte del país, pasando por los terruños más emblemáticos de Mendoza: Paraje Altamira, Agrelo, Luján de Cuyo, Gualtallary o Ugarteche. Para quienes buscan otras variedades también hay Merlot, Pinot Noir, Cabernet Franc, Bonarda o Barbera, una de las rarezas de la carta. Claro que también hay blends, vinos blancos, rosados, vinos de postre, espumantes y ¡vinos naranjas! Un estilo que innova en la elaboración, ya que parten de una uva blanca y los vinos son fermentados (cual tintos) con las pieles de la uva. Ahora bien, una vez elegido el vino, la carta de Fayer -que propone una cocina moderna israelí- tiene un plato estrella, el pastrón con hueso. Preparado con un costillar de novillo pampeano alimentado a pastura, curado durante 10 días en una mezcla de sal, azúcar y 13 especias, ahumado en frío durante 8 horas y finalmente cocinado al vacío a baja temperatura durante 24 horas. ¡Se deshace literalmente en la boca! Y el aroma del plato realmente es un mimo a la nariz y al alma.
Santal Café (Virrey del Pino 2235, Belgrano) como su nombre lo indica es actualmente una de las paradas emblemáticas para zambullirse en el mundo del café de especialidad. Pero, un jueves al mes se extiende el horario del salón y las tazas de vino desaparecen para darle lugar a las copas, copitas y copones. Ese jueves al mes llega una degustación de la mano de alguna bodega, que cambia mes a mes. ¡Ahí descubrí los vinos de Piensa! Un emprendimiento de vinos franceses elaborados por argentinos. En cada fecha suman alguna propuesta distinta de gastronomía étnica o picadas. Fuera del circuito de las catas, en su horario habitual ofrecen vino por copa que cambian mes a mes. Tienen una pequeña selección de etiquetas (unas 10 0 12) pero muy heterogénea ya que incluye vinos de Jujuy, pasando por Salta, La Rioja y, obviamente, Mendoza.
La cava de Don Juan (Pacheco 2362, Villa Urquiza) es una vinoteca y wine bar en donde los viernes y sábados (sólo con reserva previa) abren sus puertas para que quienes los visiten puedan disfrutar una cocina bien tradicional y casera junto a la enorme selección de vinos del lugar que cuenta con unas 95 bodegas y 2700 etiquetas de vino. ¡Tranqui que hay asesoramiento personalizado para elegir el vino que más nos gusta al precio que estamos dispuestas a pagar! En las noches de cenas ofrecen una propuesta de tapeo bien simple (picadas, bruschettas y empanadas) para que el protagonista de la noche sea, sin lugar a dudas, el vino. La deco del lugar te traslada sin escala a una bodega ya que el salón comedor está 100 por ciento armado con cajas de madera de vinos recicladas que recubren desde las mesas hasta las paredes. Una salida ideal para sentirte en el living de tu casa pero atendida cálidamente por Sebastián Carballo, el dueño del lugar.
En el oeste está el agite y también un nuevo polo gastronómico en donde el vino dice ¡presente! En Bruce Grill Station (Martín Fierro 3246, Parque Leloir) apenas cruzás la puerta de entrada encontrás, a la derecha, la barra que llega literalmente del suelo al techo en donde descansan las bebidas espirituosas y los vinos. A la izquierda hay una especie de living con mesas altas rodeado 360º con vino. Tienen una máquina para ofrecer vino por copa en la que una puede elegir alguna de las tres medidas de degustación: la más pequeña la recomiendo simplemente para probar algunos vinos, la media copa, para acompañar la entrada, y la copa entera, para acompañar el plato principal. La carta de vinos tiene más de 80 etiquetas de Argentina y España que les darán un universo de opciones para elegir entre las preparaciones 100% al quebracho colorado: desde clásicos steakhouse, ribs de cerdo o hamburguesas; pasando por otras propuestas tex-mex, pescados o tablas para compartir.
A dos pasos de Bruce Grill Station está Malcriado, entre fuegos y vino, (Martín Fierro 3248, Parque Leloir) en donde toda lacarta es a la parrilla, al horno de barro o al disco de arado ¡Y todo a la vista! Apenas cruzás la puerta corrediza, las máquinas de vino por copa ocupan una pared entera con unas 32 opciones. ¡Te vas a sentir cual niña dentro de una juguetería! Para seguir jugando, apenas llegás a la mesa vas a encontrar un vaso pequeño con dos dados adentro. Con camarero presente en la tirada, si sacás dos logos del lugar te llevás una gift card con 10% de descuento en vinos. Si sacás dos copas, tendrás 2×1 en el vino de la semana, si salen dos paquetes de regalo tendrás un 2×1 en empanadas (¡las de bondiola braseada al disco son un verdadero manjar!) y si salen dos copas de helado tendrás un 2×1 en el postre del día. ¡Algo que me encantó! Es que apenas llegás podés elegir 5 temas en la fonola del lugar. En la mesa encontrarás una listita para que mientras difrutás tu copa de vino suene el tema que más te gusta.
Nota originalmente redactada para Sos Mujer.
por Mariana Gil Juncal.
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