5 tips para comprender la afectación del cambio climático en el vino

El cambio climático es una realidad que claramente afecta a toda la humanidad pero muchas veces no logramos entender cómo afecta de forma directa al vino

Esta problemática ambiental pasó de ser algo lejano a ser una realidad con la que hay que enfrentarse a diario ya que actualmente hay unas 32 millones de personas que sufren los impactos de las temperaturas extremas que van de las lluvias torrenciales, pasando por las inundaciones o incendios hasta las sequías. De hecho, la ONU estima que para 2050 habrá unos 140 millones de personas que habrán tenido que migrar debido a las consecuencias del cambio climático.

Entonces, ¿de qué forma el vino se verá cada vez más afectado por el cambio climático?

Altas temperaturas

Más allá de que la vid es una especie resistente y adaptable a distintos suelos y climas, a medida que los cambios se vayan haciendo cada vez más intensos, los vinos podrán comprometer su calidad. Ya que en los últimos años la constante subida de las temperaturas ha acortado los ciclos vegetativos de las viñas, afectando muchas veces los períodos de maduración de las uvas y generando un adelantamiento de las fechas de vendimia.

Entonces esta tendencia a tener inviernos menos fríos y veranos más cálidos hacen que las amplitudes térmicas vayan descendiendo y, dependiendo las zonas, hasta desapareciendo. Todo esto afecta de forma directa el equilibrio entre el azúcar, la acidez y el alcohol. Ya que cuanto más calor haya durante el ciclo de la vid, las bayas tendrán más concentración de azúcar lo que terminará dando como resultado final un vino más alcohólico. Pero ese desequilibrio no sólo se verá reflejado en la concentración de alcohol sino que también como consecuencia hará que los vinos sean menos complejos a nivel aromático y gustativo y con menor capacidad de envejecimiento.

Viñedos en alturas

Para intentar contrarrestar las olas de calor y los excesos de temperaturas, cada vez más viticultores están acercándose a zonas de mayor altura. Ya que a medida que se asciende 100 metros de forma lineal la temperatura desciende un grado. Por otro lado, también hay ensayos e investigaciones con variedades autóctonas y algunas genéticamente modificadas para retrasar la maduración de la uva.Así, en España las zonas más altas y frescas como El Bierzo, Galicia, Asturias y Alto Aragón se podrían beneficiar del calentamiento. Pero, por otro lado, las zonas más tradicionales del vino español como Andalucía, La Rioja y la Ribera del Duero, se podrían ver más afectadas.

Viñas extremas

En el hemisferio norte ya se están sumando nuevas plantaciones en zonas alejadas del clásico mapa del vino, como en los países nórdicos, el Reino Unido, el noreste de Estados Unidos o Canadá-  buscando acercarse cada vez más al norte, donde el frío antiguamente hacía que la maduración sea casi impensada, pero actualmente con el contexto de cambio climático se abren nuevas puertas para la vida de la vid.

En cambio, en el hemisferio sur, los viñedos de Argentina, Chile o Nueva Zelanda cada vez se acercan más a zonas australes en latitudes un tanto inhóspitas y extremas.

Nuevas variedades

Más allá de los cambios de geolocalización que se puedan ir viendo, los productores también están empezando a ensayar con nuevas que sean más resistentes a las altas temperaturas. Por eso, actualmente desde la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, se está trabajando en la recuperación de algunas variedades que al estar adaptadas a zonas climáticas específicas, puedan ser más resistentes a algunas enfermedades fúngicas como el mildiu y a los efectos del cambio climático, como la sequía. Algunas de las variedades autóctonas que se encuentran en pleno análisis son la blanca Indiana y las tintas Corchera, Melonera y Rejano Tinta.

La sostenibilidad

Ya no es una elección sino la única alternativa para combatir desde la desertización, la escasez de agua, el exceso de emisiones de gases de efecto invernadero o los descuidados consumos energéticos. Ya que como dijo la mismísima Mireia Torres, «si las peores predicciones del calentamiento se confirman, el menor problema para la humanidad va a ser el vino. Por eso, hay que ponerse en marcha cuanto antes».

Nota originalmente redactada para Vinetur .

por Mariana Gil Juncal.
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