¡Qué comer y beber si viajás como una reina en los trenes más top del mundo!
Quién no soñó alguna vez con embarcar en esos trenes de ultra lujo que quizá vimos alguna en alguna película y no sabíamos si eran fantasía o realidad. ¡Buena noticia! Esos trenes existen y pueden llevarnos a atravesar paisajes increíbles por Oriente y África o, por qué no, adentrarnos en la costa cantábrica española o el cálido sur andaluz.
Los trenes de lujo son sin lugar a dudas hoteles 5 estrellas sobre rieles en lo que durante las estadías, que generalmente van de 3 a 7 noches, una siente al tren no solo como el medio de transporte, sino que además se convierte en el living de casa, en el lugar de encuentro, en el bar y ¡obviamente también en nuestra habitación! Es un hotel que se mueve y en el que cada día nos acostamos y amanecemos en un lugar diferentes.
Entonces si vivimos literalmente en el tren, ahí vamos a realizar todas las comidas durante nuestro viaje. A primera hora de la mañana cuando los rayitos de sol empiezan a atravesar las cortinas del camarote las propuestas de desayuno buffet o a la carta incluyen todo lo que podamos imaginar: desde frutas frescas o cereales pasando por fiambres y quesos hasta los huevos revueltos con panceta. Claro que según el tren el que estemos se sumará alguna propuesta típica de gastronomía regional. En el transiberiano -que va de China pasando por Mongolia hasta llegar a Rusia- además de los ingredientes clásicos del desayuno internacional se pueden disfrutar ¡especialidades rusas! Como el russian kasha, una especie de papilla de arroz con arándanos. En Transcantábrico -que te lleva por Galicia, Asturias, Cantabria y el País Vasco- o el Al Andalus -en el que recorrés Sevilla, Córdoba, Granada, Cádiz y Jerez- es infaltable ¡la tortilla de papas en todo momento del día!
Y claro, porque viajar no es solamente trasladarse en el tren, subir y bajar para visitar museos, catedrales o parques… viajar también implica adentrarse en las tradiciones enogastronómicas de cada lugar. Así, si embarcamos en el Al Andalus, la cocina del sur de España dirá presente con sus productos de fama mundial como el aceite de oliva, el vino de Jerez o el jamón ibérico de Jabugo, junto a platos mundialmente conocidos como el gazpacho o el rabo de toro. En otros recorridos del tren por España (ya que hay una ruta que pasea por Sevilla, Mérida, Cáceres, Toledo y Madrid) las viajeras podrán disfrutar de la excelente cocina extremeña o, degustar los cocidos y asados que han dado fama a Castilla.
Ahora bien, si nos vamos en el Transcantábrico el viaje es en sí mismo un recorrido por la identidad gastronómica de cada lugar que se atraviesa sobre rieles, en donde las distintas culturas que habitaron en el norte de España dejaron su huella en los sabores de esta tierra. ¿Qué podremos disfrutar? Desde los dulces típicos gallegos protagonizados por almendras pasando por las tortillas, las empanadas gallegas, los quesos y los embutidos locales. Imperdibles son las sidras de la costa cantábrica y los Rías Baixas gallegos elaborados con una uva blanca, aromática y refrescante como la Albariño, ideal para acompañar unos pintxos de pulpo.
No se puede dejar de probar platos como la fabada asturiana (guiso de cerdo con embutidos como chorizo y morcilla asturiana), el cocido montañés -la comida típica de Cantabria- (una especie de guiso con porotos blancos, col, chorizo, costilla, morcilla y panceta) o para las que quieran algo menos power también la costa ofrece increíbles pescados. Para el momento del postre levanten la mano y pidan los frixuelos, o panqueques asturianos, o la tarta (¡atenti! que en España tarta es torta) de almendras de Mondoñedo. Se cansarán de ver pasar por sus platos protagonizados con mariscos, anchoas o bacalao. Todos ellos regados con los mejores vinos que brindan las distintas denominaciones de origen vinícolas del norte de España.
Considerado el más lujoso del mundo, el tren sudafricano Rovos Rail, también llamado “el orgullo de África” hace honor a su nombre ofreciendo singulares recorridos por Sudáfrica y el continente, a bordo de locomotoras y vagones restaurados con todas las innovaciones y máximo confort. ¡Imagínense lo que es la carta a bordo de este tren! Podés probar desde café de Kenia pasando por todos vinos de todo el mundo y también un listado de licores africanos. Una bomba de placer en la boca es el parfait de Amarula, elaborado obviamente con el famoso licor, acompañado de frutas y copos de almendra o la clásica melktert, la torta de leche de Sudáfrica, una versión más power ¡y sabrosa! que los tradicionales pasteles de nata portugueses.
Si tenemos ganas de sabores y paisajes de oriente el transiberiano será nuestro tren ideal. Como en todos los trenes de lujo el toque distintivo es la gastronomía típica de cada lugar, ya que dará la posibilidad de viajar en cada bocado. A bordo de este tren las cenas además de tener algunos touchs bien rusos es ¡infaltable el maridaje con vodka! Si no te animás a una cena con esta bebida espirituosa, tranqui que hay una selección de 20 etiquetas de vinos blancos y tintos incluidos en el precio del pasaje o podés optar por encargar alguna botella bien premium con propuestas que van desde Francia o España, pasando por Estados Unidos, Sudáfrica, Nueva Zelanda y hasta la ¡Argentina! Por si extrañás un poco el Malbec de casa.
Nota originalmente redactada para Sos Mujer .
por Mariana Gil Juncal.
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