POR MENDOZA, DE BODEGA EN BODEGA

Conocé no solo cómo se elaboran los vinos, sino viví la experiencia de sentir el vino a cada paso.

Cuando una viaja a Mendoza quiere adentrarse en todos los detalles del vino: desde la viña a la bodega, pasando por las salas de barricas y obviamente el momento más esperando: ¡la degustación!

Para disfrutar al 100 por ciento cada día, darse tiempo para conocer distintos estilos y filosofías de elaboración de vino, poder recorrer variados paisajes y, de nuevo, disfrutar el viaje… lo ideal es visitar máximo dos bodegas por día para evitar estar a las corridas tratando de llegar en horario a la siguiente visita. Ya que una de las cosas más fascinantes que tiene Mendoza es contemplar el paisaje, copa en mano, sin hacer absolutamente nada. 

Así que el recorrido va a empezar en Bodega Kaiken, ubicada en Vistalba, Luján de Cuyo, para que puedan zambullirse en la magia del biodinamismo. Si vino y energía convergen en el mismo lugar y con unos vinos tremendos. ¿Qué es el vino biodinámico? Si desglosamos la palabra vamos a resumir su filosofía, ya que biodinámico proviene del griego bios (vida) y de dynamis (energía). Entonces, acá la viticultura y la elaboración del vino van más allá del mundo orgánico (que promueve la elaboración de productos sin agroquímicos) sino que además invocan el cuidado de todo el entorno que los rodea. ¡Si tienen suerte podrán ver, quizá, las ovejas caminando entre las viñas! Para llenarse de energía, parada obligada es la cava feng shui, un espacio lleno de magia, en donde los cantos gregorianos acompañan al vino durante su crianza en su paso por barrica. ¡Cierren los ojos, respiren profundo ese aroma a vino y viajen a través de los sentidos! Además, si tienen ganas de picnic pueden reservar un almuerzo estilo finger food para disfrutar los jardines de la bodega con una maravillosa vista a la Cordillera de Los Andes.

Si quieren descubrir el mundo de las burbujas: Bodega Cruzat es la parada obligatoria que hay que visitar. La visita empieza en un recorrido por la viña, sigue por la bodega donde van a poder conocer el proceso de elaboración del espumoso de punta a punta. También van a poder visitar la cava subterránea y en la degustación ¡hay práctica de aromas incluida! Una de las propuestas más lúdicas que tienen es “creando burbujas” en la que podrán sentirse verdaderas enólogas terminando desde la elaboración del vino hasta colocar corcho, bozal y etiqueta. Si vamos con niños mientras los adultos visitan la bodega, los más chicos diseñan y pintan la etiqueta del espumoso. 

Para las amantes de la música, Bodega Cielo y Tierra tendrá un encanto especial, ya que esta bodega boutique está liderada por Gustavo Santaolalla, compositor, músico y productor musical. Su esencia se respira en cada detalle del lugar. Y visitar la finca es sentirse en casa. No hay grandilocuencia ni guías, sino que su enólogo será quien las recibirá (previa reserva) para recorrer la casa, la finca y guiarlas en la degustación de todos sus vinos. Si el clima las acompaña podrán disfrutar unas empanadas caseras para chuparse los dedos debajo de una pérgola con vista a la viña.

Si tenemos un poco más de tiempo, imperdible es visitar el Valle de Uco. Y una parada recomendadísima es Bodega Andeluna, en Gualtallary, uno de los terruños ideales para elaborar vinos de alta gama y con identidad propia. Acá también hay actividades pensadas para disfrutar en familia, pareja o con grupos de amigos. El Juego del Blend es ideal para chicos y grandes en donde todos van a participar en la creación de su propio vino a partir de Malbec, Cabernet Sauvignon y Merlot. Tubos de ensayo, vasos de precipitado, copas y tips de cada variedad serán los coprotagonistas de un momento super divertido y creativo en donde cada uno podrá plasmar sus preferencias vínicas para armar su vino. En caso de estar en familia, los niños pueden realizar el diseño de la etiqueta, mientras los adultos el blend. ¡Yo hice mi propio blend y etiqueta! ¿Cómo le puse a mi vino? Vid (a) ya que no hay buen vino sin buena uva. Y el vino nace de la vid, que es la que da vida al vino. ¡Así que vayan pensando cómo llamarían a su vino! 

Las tardecitas en Andeluna son otra gran alternativa ya que en el Valle de Uco la montaña pareciera estar al lado nuestro. Así que la bodega propone una degustación al atardecer ¡con esa vista impresionante! seguida de una comida desestructurada que incluye unas empanadas de osobuco al Malbec, seguido de un paseo de quesos, una deliciosa ensalada de estación y, para finalizar, el toque dulce con un flan con dulce de leche. 

Nota originalmente redactada para Sos Mujer.

por Mariana Gil Juncal.
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