Porque en la Pascua judía la comida y el vino tienen un lugar fundamental en el ritual con la familia, qué no puede faltar para recordar una fecha más que especial en el calendario judaico.
Pésaj es el nombre en hebreo que recibe la Pascua judía, fecha en la que se recuerda y conmemora la salida de Egipto y la liberación de la esclavitud a la que los hebreos habían sido sometidos. Por eso, Pésaj es una fecha muy importante y cargada de simbolismo en cada uno de los elementos gastronómicos que forman parte de la celebración.
¿Qué no puede faltar? La kehará que es un plato o bandeja especial que se utiliza especialmente para Pésaj y que contiene varios alimentos simbólicos como el matzá (pan ácimo o sin leudar), beitzá (huevo duro), maror (hierbas amargas), karpás (apio), jaróset (mezcla de frutas picadas) o jazéret (verduras), entre otros. El vino también tiene un rol fundamental -como en todas las fiestas judías-, en este caso para dar inicio el séder de Pésaj con el kidush o bendición de santificación.
Los menos ortodoxos claramente no siguen todo el ritual al pie de la letra, pero sí se reúnen alrededor de la mesa familiar para compartir sabores típicamente caseros. Todo elaborado sin ningún tipo de levadura para recordar el momento de la salida de Egipto, que por el apuro, no tuvieron tiempo de preparar pan leudado. Es por eso que uno de los productos estrella de esta fecha es el matzá, o pan sin levadura; y en el caso del vino, los más ortodoxos elegirán sólo productos elaborados sin agregado de levaduras para que justamente sean aptos para esta conmemoración.
Que no falte matzá
Para Cynthia Helueni de Moisha Bakery «Pésaj es una festividad donde acostumbramos a juntarnos con nuestras familias para celebrar, recordar y disfrutar platos típicos y al mismo tiempo, es un gran momento para seguir compartiendo la tradición». Por eso armaron distintas opciones para que coman rico los que no tengan ganas de cocinar. La Box Pastrami, como su nombre lo indica, viene con una pieza entera de pastrón de 1 kg. + otro kilo de matzá + hummus + matzá sticks saborizados de albahaca + una botella de Malbec Dreidel Kosher Festivo de Huentala Wines. ¿Por qué este vino para acompañar la propuesta de Moisha? «Porque es el único vino kosher con uva de Gualtallary, Valle de Uco, y es un vino dulce que para estas ocasiones viene ideal para tomarlo durante las tradicionales bendiciones», agrega Helueni quien explica que el vino tiene que estar servido en una copa en Shabat y en las festividades judías antes de empezar la cena. Y aclara que los niños comparten este momento con mosto o jugo de uva y ¡recién cuando crecen pueden disfrutarlo con vino!
Pero claro que para acompañar tremenda propuesta gastronómica también eligieron una versión seca y kosher del Dreidel Malbec con un color rojo intenso y una nariz tremendamente fresca, con notas a frutos rojos como cereza o guinda. Es un vino estructurado con un buen equilibrio entre acidez y taninos que será la compañía ideal para este especial banquete que tiene muchísimos sabores.
Para los que prefieren bocados 100% dulces, la Box Deli de Moisha Bakery viene con matzá sticks saborizados de albahaca + macarundlaj (masitas de almendras y maní) + merengues con almendras y nueces + coquitos + cookies de matzá de chocolate + budín leicaj (o torta de miel). Cabe aclarar que todos los productos que contienen harina fueron hechos con harina de matzá. Y la matzá está en todas las propuestas porque para Helueni es un alimento indispensable en una mesa de Pésaj.
Que esté siempre la simbología
Para Geraldine Gastaldo, fundadora de June, la cocina es una forma de revivir las recetas de su vida. Por eso en esta fecha tan especial su gastronomía tienen propuestas de la gran simbología de Pésaj que como ella recuerda «literalmente significa salto y su nombre deriva del hecho que durante la última plaga, la muerte de los primogénitos, Dios pasó por sobre las casas judías».
El especial Pesaj para 4 personas de June es literalmente un lujo ya que trae no solo los sabores indispensables para Pésaj por su simbolismo sino algunos otros bocados que suman una catarata de sabor. Hay knishes, pletzalej (pan ideal para comer junto al pastrón), guefilte fish (que vienen en formato de albóndigas de pescado), pescado al horno, jrein (rábano picante), gravlax de trucha salmonada, arenque marinado, queso con cebollitas, pastrón caliente, pickles de cebolla y mostaza antigua. Para el momento del postre hay matzá con chocolate más el clásico e infaltable strudel de manzana. ¿El maridaje? El box viene con una botella de espumante extra brut de la Bodega Escorihuela Gascón. Justamente la frescura y las burbujas del vino serán la compañía ideal para este momento de conmemoración y de celebración de la libertad del pueblo judío.
Y que todo esté hecho con amor
Porque para el equipo de cocina de Hola Jacoba todo que sale de su cocina tiene que tener el sello de la auténtica comida judía, bobe style y casero en serio, como les gusta subrayar casi hasta el hartazgo.
Porque para ellos «familia significa compartir las tradiciones y saborear la comida hecha con amor e historia de generación en generación». Por eso para la mismísima Jacoba el sabor de la harina de matzá tiene que estar presente la noche de Pésaj y, «dependiendo de qué rama del judaísmo seas tampoco puede faltar él guefilte fish (ashkenazi) y niños envueltos o porotos con carne (sefaradí)».
La propuesta de la bobe Jacoba incluye de entrada: kipe + latke de papa con salmón + hummus. De principales (uno a elección) hay pastrón con papas al horno o guefilte fish con puré de zanahorias. Y como postre claro que no puede faltar la torta de manzana con crema. Se puede comer en el restaurante o llevar a casa. ¿El maridaje? Si comés en el restaurante las opciones son Callia, Trumpeter o El Portillo Malbec. Y en casa, es ideal un rosado con buen cuerpo, porqué no rosadas burbujas o sino un tinto de cuerpo suave, ya que el banquete de Pésaj tiene una gran complejidad de sabores que se lucirá a la perfección justamente haciendo honor a su lema: con la libertad de elegir lo que más nos gusta y dándonos el lujo de jugar con una mezcla infinita de sabores. Y en estos tiempos más que nunca: «L’Chaim»: a brindar por la vida.
Nota originalmente redactada para Vinetur.
por Mariana Gil Juncal.
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