¡ESTE DÍA DEL VINO RECORRÉ LA ARGENTINA EN COPA!

Cada 24 de noviembre se celebra al vino argentino en conmemoración al día en el que se firmó el decreto que declaró al vino como bebida nacional.

Más allá del decreto, el vino siempre fue parte de la identidad cultural de la Argentina. Presente en cada mesa desde tiempos en los que las familias almorzaban todas juntas y el vino siempre era parte de ese ritual tradicional. 

Una de las características más sobresalientes de la viticultura de la Argentina es que ofrece una riqueza inigualable ya que de norte a sur el vino dice presente en 15 de las 23 provincias del país. Imaginemos que servimos una copa por cada una de las provincias (las copas se mutiplicarían si sumamos cada distrito o subregión), de alguna forma podríamos viajar por la extensión del país (3.800 kilómetros de norte a sur) para recorrer las más de 200.000 hectáreas de viña con su diversidad de suelos, climas, uvas y, sobre todo, las distintas idiosincrasias de cada mano que está detrás de cada botella de vino. 

Para ser ordenadas vamos a empezar la travesía por el los valles del norte que ofrecen una riqueza paisajística de ensueño sumada a las extremas alturas y a la posibilidad de enmarcar en una misma foto una planta de vid junto a un cactus. 

En los Valles Calchaquíes, al noroeste de las provincias de Salta, Catamarca y Tucumán, y los valles de Jujuy (Valles Templados y Quebrada de Humahuaca), donde se registra el punto más elevado de la vitivinicultura argentina. En la localidad de Uquía (Jujuy), hay un viñedo asentado sobre la mina de Moya que alcanza los 3.329 m.sm.m, convirtiéndose en el viñedo más alto del mundo. Otro highlight del norte es la localidad de Cafayate (Salta) que se destaca como principal centro productor de la zona con el 60% de la superficie de viñedos. Si te gustan los vinos frescos y blanco: ¡el Torrontés será tu elección infalible! Pero si sos de las que prefieren vinos con mucho power un Tannat o un Malbec del norte te hará sentir una bomba de sabor en la boca. De hecho, la bodega Las Arcas de Tolombón (en Tucumán) tienen un Tannat es un mimo al alma junto a sabores intensos como una pizza de pepperoni. 

Seguimos viaje y vamos a llegar a la región central del país, el clásico de clásicos cuando hablamos de vinos y, de alguna forma,el corazón vitivinícola de la Argentina: Cuyo, conformada por La Rioja, San Juan y Mendoza, donde se concentra el 95% del total de la superficie de viñedos del país. Mendoza obviamente va a la cabeza en cantidad de bodegas como de etiquetas de vino, ¡hay tanta diversidad que tenemos vinos distintos para cada día del año! Bodegas grandes, bodegas chicas, bodegas familiares y aventureros como Lucas Niven de Pala Corazón, un emprendimiento de la zona de Junín en Mendoza que como su nombre lo indica hace unos vi-na-zos tratando de llevar casi directamente el jugo fermentado de la uva a la copa. Para este momento del año, el Pala Corazón Moscatel rosé o la Criolla Argentina (rosado de rosadas) son el mejor ejemplo que de variedades un tanto olvidadas (esas que quizá alguna tiene en un parral en la casa de la abuela) pueden dar vinos que no solo nos refrescarán el día sino que son una verdadera oda al amor y la pasión por la elaboración del vino.

¡San Juan no se queda atrás en la innovación! De hecho el reciente lanzamiento de Bodega Xumek es un espumante de Pinot Noir bien, bien fresco, elaborado con uvas de más de 1.400 m.s.n.m. ¿Cómo buscar estas burbujas para que te acompañen en las celebraciones y encuentros que se vienen? Hay una bicha en la etiqueta, ya que es uno de los animales que podés encontrar si visitás la bodega, que está dentro de una reserva natural. 

Si sos fan del Malbec y tenés ganas de innovar un poco, te recomiendo que le des una posibilidad al Bonarda riojano. ¡La Puerta Alta Bonarda te garantizo que hará viajar a los aromas y sabores más frutales que alguna vez hayas tenido en tu paladar!

Antes de seguir viaje hacia el sur, si te gustan los vinos dulces en San Luis podés encontrar un tardío de Viognier de Bodega Los Coros que te va a enamorar.  Si este verano si andás por las sierras cordobesas desde ya te digo que en Traslasierra tenés que visitar a Florance en Finca La Matilde, una francesa que se vino a vivir acá y te va a recibir con una sonrisa gigante y unos vinazos biodinámicos. 

Ahora sí, una vez en la Patagonia vamos a una la región en donde se amalgama una gran amplitud térmica, resultado de la combinación entre la latitud y la baja altura y las abundantes horas de sol; lugar ideal para que algunas nos regalen su máxima expresión. El Merlot se destaca por vinos de sabor suave, equilibrados y de intensidad aromática. El Humberto Canale Estate Merlot rionegrino es un fiel exponente de la elegancia que un vino nos puede ofrecer. Y si de elegancia hablamos, otra uva que se luce en el sur es el Pinot Noir que no solo integra la mayoría de los espumantes no solo de la región sino del país, sino que como varietal logra en la Patagonia una destacada distinción. El Finca La Papay Merlot de Malma Wines es un gran exponente de este estilo de Pinot Noir patagónico. Una perlita patagónica es el Cabernet Franc rosé de Bodega del Desierto, que se encuentra en 25 de Mayo, La Pampa, pero está bien, bien al sur, casi, casi en Río Negro. ¡Si lo ven por ahí no duden en descorcharlo!

Ahora bien, mi viaje llegó a su fin, pero espero que sea el inicio de tu viaje en copa ¡para recorrer la Argentina de vino en vino y celebrar su día!

Nota originalmente redactada para Soy Mujer.

por Mariana Gil Juncal.
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