Si llegó el día de la cita y no tenés idea a dónde ir, el vino puede ser la excusa ideal para que vivas un momento relajado y super sensorial en el que solo tengas que lanzarte a la aventura y disfrutar.
Empezás a charlar con alguien que conociste en un bar, en el cumple de una amiga, quizá en alguna app o a través de alguna red social. Empiezan esos días en los que tu Whatsapp arde a toda hora. Tus ganas de concretar una cita van subiendo día tras día y de repente llega la ansiada pregunta: ¿hacemos algo? CHAN. ¿De noche? ¿De día? ¿En un bar? ¿Vamos a comer afuera? Quizá tomar algo es mejor para empezar, porque si la vibra no se sostiene personalmente mejor no tener la presión de tener que sostener toda una comida entera. Son miles de preguntas que se te vienen a la cabeza que se entrelazan con tus ganas, tu ansiedad y tus nervios. Ahí es cuando el vino llega para rescatarte, para que relajes y puedas disfrutar. Sí, porque siempre que hay una copa de vino de por medio habrá un momento sensorial garantizado que te propondrá un viaje super especial. Si los dos se atreven a disfrutarlo ya vas a empezar la cita con un pie derecho.
Si estás planeando una primera cita a esta altura del año, cuando el calorcito ya nos acaricia las mejillas, una salida por la tarde a algún parque puede ser una gran opción. Podemos dejar el mate de lado y llevar una canasta con una botella de vino y dos copas. Si querés darle al picnic un tono más relax, una buena opción es llevar las copas sin pie (son los vasos para vino que últimamente coparon las ferias y patios gastronómicos) ya que es más cómodo para dejar apoyados en el mantel sobre el pasto, ¡en caso de que llegue el momento del beso! Hay que imaginar todos los escenarios posibles, así que si llegan los besos al picnic ¡que no se rompan las copas! Ah, algo importante para mantener la temperatura del vino en estos días de calor es llevar las cool bags que son una especie de bolsas transparentes a las que les podemos agregar unos hielos para sostener la temperatura del vino. Podemos proponer una tarde de sabores frescos con algunas frutas o por qué no algún queso suave para acompañar con una copa de vino blanco. Si no tenemos idea los gustos del otro elegiría una variedad bien clásica como el Chardonnay. ¡Que es infalible!
Si todo sigue bien, una próxima cita podría ser en algún lugar para comer afuera. Ya sabemos que si disfrutamos una tarde al aire libre charlando y brindando vamos a poder afrontar una comida con entrada, plato principal y postre ¡sin necesidad de que alguna amiga nos llame al rescate! Si tu cita disfruta del vino podés lucirte proponiendo brindar con alguna variedad menos convencional (Petit Verdot o Tempranillo) o de alguna parte de la Argentina menos clásica (La Rioja, Tucumán o La Pampa). Así ya vas a sorprender con el vino, que será tu aliado en la cena. Ahora, si no tenés mucha idea de los gustos del otro siempre es preferible elegir algún clásico de clásicos como un Malbec o un Cabernet Sauvignon. ¡Eso sí, recordá tomar agua mineral a la par que vas tomando vino! Ya que el vino obviamente tiene alcohol y con el agua te mantendrás hidratada y enterita toda la noche.
Si todo sigue viento en popa, un super plan para juntarse nuevamente es cocinar juntos. Y ¡si hay cocina hay vino! Lo ideal es que el vino llegue desde el momento que nos ponemos el delantal así nos relajamos y vamos entrando en clima. Podemos elegir algún vino bien fresco para empezar (¡un rosado es una gran opción!) y después seguir con el compañero ideal para la comida, que dependerá de lo que vayamos a cocinar. Relax que para juntarse a cocinar no hace falta que tengamos que tener grandes dotes culinarios, ya que la cocina es puro juego y nos podemos lucir con lo que mejor sepamos hacer. O podemos pedirte alguna receta infalible a alguna amiga bien rápida y sencilla. Ya que claramente juntarse a cocinar es la excusa para volverse a ver.
Cuando ya sabés que todo marcha sobre ruedas y tienen ganas de verse nuevamente pueden arrancar la noche en algún bar para tomar algunas copas y después que pase lo que tenga que pasar. Así que si preferís jugar de local podés elegir un lugar cerca de tu casa, así sabés que la van a poder seguir ahí. Y como mente precavida vale por dos, podés dejar en la heladera una botella de espumante que los estará esperando para brindar hasta que las velas no ardan.
A esta altura, ya está todo dicho y si tenés ganas de sorprender a la otra persona, los juegos sensoriales serán un gran aliado para agregarle algo de picante a las futuras citas. Podés vendarle los ojos para que simplemente usando el sentido del olfato trate de identificar si tenés vino blanco o tinto en la copa.Podés sumar algún finger food para armar maridajes que tendrán un postre garantizado: tus besos. Otra opción es jugar con los aromas que encontramos en los vinos y poner adentro de distintas copas algunas frutillas, unos trozos de chocolate o un poco de crema batida. A ciegas el sentido del olfato se potencia y estos juegos sensoriales sin lugar a dudas serán la antesala de un gran blend entre vos y tu cita.
Nota originalmente redactada para Soy Mujer.
por Mariana Gil Juncal.
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